QUE MUJER!!!
LA DICHA DE SER MUJER
En los últimos años, la mujer ha
ocupado dignidades importantes: en el deporte, negocios política; no será difícil tener en los
próximos años una mujer como presidente de la nación.
En Ecuador existe más mujeres que
hombres, el 50.4 % de la población total, son mujeres. Loja registra 111.385
mujeres mientras existen 103.470 hombres, es decir hay 8000 mujeres más que los
hombres. Definitivamente tienen una gran responsabilidad las mujeres en esta
época, y es necesario que se preparen, íntegramente para responder a muchos
desafíos en el porvenir.
Pero, como va a lograr la mujer
aportar al progreso, si tiene baja autoestima, como va a desarrollar sus
virtudes si está enfocada en competir con el hombre, como va a influenciar con
su vida, si está ocupada en hacer dinero, en vanidades, como va afectar a sus
hijos, si no tiene una vida espiritual, como va a realizarse si no conoce a Dios?. Realmente los cambios
que necesita la mujer de hoy, son los cambios de corazón, cambios internos, desde lo profundo de su
ser, debe cambiar su actitud, para cambiar su comportamiento, pienso que sería una de las prioridades de la mujer de
hoy.
Hace cuatro décadas, la mujer estaba
relegada a criar hijos, cocinar, y permanecer en casa, aunque esto no es malo;
ahora en la actualidad es normal ver a la mujer fuera de casa trabajando para
proveer a los suyos, igual sigue cocinando, y criando hijos. ¿Qué ha cambiado
entonces?, es la actitud de la mujer lo que ha cambiado, la forma de pensar.
Por necesidad, en muchos casos está
obligada, a sacrificarse y esforzarse para salir adelante. No existe
problema en que la mujer trabaje, no hay dificultad que la mujer provea, lo
negativo es la actitud que tiene al momento de realizar estas actividades;
si lo hace por orgullo, por vanidad, por
egoísmo, por competencia, eso sería un peligro, porque ella está confundiendo su papel como mujer.
Las sociedades según su cultura,
tienen un concepto diferente para la mujer; en algunos lugares no tienen voz ni
voto, en otros tienen demasiada
libertad, en algunos países las discriminan, en otros esta la conocida
“liberación femenina”; cada sociedad varia en tratar a la mujer. Pero al margen
de como la traten según sus costumbres o tradiciones, existe un significado
único y que ha perdurado a través de los años, que no pasa de moda en cuanto al
rol de la mujer. Ese significado está en la Biblia y creemos que es el más
válido en la actualidad, porque lo definió Dios.
La mujer fue creada para ser la ayuda
idónea. Según dice la Biblia, el hombre fue creado primero y luego la mujer.
Cuando el hombre caminaba solitario por el huerto de Edén, Dios dijo: “no es bueno que esté solo,
le haré una ayuda idónea”; esto representa que el hombre necesitaba un
complemento perfecto, una compañera ideal, la nota musical para la armonía
completa, el engranaje correcto para dar sentido a la vida. Dios no diseño a la
mujer para sea independiente, autónoma, autosuficiente, por el contrario, la
hizo de la misma sustancia del hombre.
Con el pasar de los años, el hombre
se ha tomado atribuciones que no le corresponde, al tratarla a la mujer como
esclava, empleada, sirvienta, explotando
su capacidad y minimizando su potencial. Esto ha surgido por falta de enseñanza
desde la infancia, se ha ignorado el verdadero valor que tiene la mujer, esa
virtud de ser tierna, delicada y frágil.
La venida de Jesús hace más de 2000
años, cambió radicalmente el trato que se tenía hacia la mujer; recordemos que Jesús vino en una época donde
los griegos consideraban a la mujer como esclava, y los romanos creían que era
que era propiedad; así también los judíos pensaban que la mujer era inferior al
hombre, la mujer no tenía derechos, ni educación. A pesar de que Jesús vivió en
un ambiente netamente machista, en una sociedad dominada por el hombre, la
actitud de Jesús hacia la mujer marcó la diferencia en aquellos días. Nunca
mostró prejuicio, jamás habló mal de la mujer, apreciaba su colaboración,
siempre trató con cortesía y respeto. Los cuatro evangelios muestran ejemplos de
cómo Jesús trató a la mujer: sanó a la suegra de Pedro, también a la mujer
enferma con flujo de sangre, resucitó al hijo de una viuda, trató con
delicadeza a la mujer sorprendida en adulterio, elogio a una mujer extranjera
diciéndole “mujer es grande tu fe”, además puso como ejemplo a una viuda por
dar ofrendas más que los demás, conversó a solas con una mujer extraña cuando
no era permitido, dialogó y cenó en la
comodidad de la casa de dos hermanas Marta y María y así podemos seguir escribiendo de más y más
mujeres que escuchó, ayudó y salvó. ¿Quienes colaboraron con su ministerio
público?, fueron mujeres; ¿a quienes se les presentó resucitado? a mujeres. Entonces por estas y más razones
para Jesús fue y es importante la mujer,
y debería servirnos de ejemplo en el día
de hoy para tratar a la mujer.
No esperemos que la mujer cambie y
mejore para nosotros los hombres también cambiar y mejorar, seamos consecuentes
con la compañera de viaje, en esta corta estadía en la tierra, comencemos a
tratar a la mujer como lo que es un vaso más frágil, un ser delicado, que no
merece ser celebrado un día al año y tratemos de mirarla no como nuestra
competencia sino como nuestro complemento.
Considero necesario, que la mujer ponga
su mirada en Jesucristo, que clamen por una liberación, no femenina sino por
una liberación espiritual, por un despertar espiritual por un avivamiento de su
alma. Dichosa tú de ser mujer.
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